INTRODUCCION
Sabemos bien, que a través de la participación ciudadana, se fortalece la
democracia como forma de gobierno y como forma de vida, pues proporciona
a la población conocimientos fundamentales sobre la organización política de
la sociedad en la que vive, y contribuye al desarrollo de valores, actitudes y
capacidades necesarios para el ejercicio efectivo y pacífico de sus derechos y
obligaciones cívicas y políticas.
Este tipo de participación es muy específica y limitada a sólo una parte de
la población que integra nuestro país, es decir, a quienes tenemos la calidad
de ciudadanos.
Tanto la Constitución Federal como la local establecen las prerrogativas y
obligaciones de los ciudadanos, de entre ellas el votar y ser votado en elecciones
populares, desempeñar las funciones electorales que se le encomiendan así
como el asociarse para participar en los asuntos políticos del país.
Dichas facultades implican una participación activa y directa de la ciudadanía
en la vida política de nuestra entidad federativa, que al llevarlas a cabo
traen como consecuencia un avance hacia la cultura democrática, condicionante
del desarrollo integral del país en un marco de legalidad, respeto y sobre todo
confianza en nuestros gobernantes.
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